Hay cosas que uno deja por ser caradura,
un atorrante con perseverancia,
algunas por olvido u ignorancia
otras por terquedad y arrogancia,
en fin, cosas que al final... nos pasa la factura.
Ha transcurrido el tiempo
y tus rosas, quedaron de recuerdo a un respiro.
Sé que después de todo, nunca pude dejar
de quererte por nuestros días,
por cosas siempre ajenas.
Pero... ¡Callé las voces de mi alma!
¡Olvidé de lo nuestro, de los azules limpios,
de esas flores crecidas!
¡De nuestras travesuras en los dedos,
de las noches perdidas en nuestros encuentros,
de esa oportunidad prendida cada día,
de sembrar dos latidos a la luz de esa luna!
¡Sé que en todo perdí, de amar los instantes
nacidos con tus besos!
Olvidé que no existen mañanas
sin tener un presente,
que no quedan recuerdos sin los besos bien dados.
¡Lo olvidé!... Me olvidé
volar en nuestro viento,
olvidé el sentimiento de entregarte
porque nadie me dijo
que tu ausencia sería un solo verso
sobre este vil silencio,
atado al corazón... que pronto ha de dormir.
Juan José Cautivo
©Derechos Reservados del autor®
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PERÚ - AYACUCHO
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